Soy un náufrago a la deriva.

Vamos a analizar a un supuesto náufrago emocional desde tres puntos de vista: en primer lugar, tenemos al que quiere ser náufrago, encerrarse en su isla personal y no saber nada del mundo que le rodea, de hecho, entre más lejos y más aislada, valga la redundancia, esté su isla, mejor… pero anhela el cariño, la comprensión y la cercanía de los demás; en segundo lugar tenemos al que ha naufragado sin quererlo, su vida le ha llevado a un estado de aislamiento y una sensación de incomprensión total en relación a los demás, está a la espera de que alguien pase por su isla y lo libera de su soledad,; y por último tenemos al que está a la deriva, no sabe a dónde llegará, la incertidumbre le sume en un grado alto de ansiedad, y levanta los brazos, grita, en búsqueda de un salvavidas que lo rescate y lo devuelva a un estado de confort y seguridad.

Y tú, ¿te sientes náufrago? ¿Te gustaría averiguar como salir de esa isla de soledad?

 

Imagen extraída de http://porloscodos.com/wp-content/uploads/2015/01/naufrago2.jpg