La infancia y la adolescencia son etapas vitales donde la atención y tratamientos tempranos de los problemas que podamos encontrar en niños/as y jóvenes, son fundamentales para evitar consecuencias en el resto de sus vidas. Es aconsejable acudir al psicólogo, entre otras, en las siguientes situaciones con niños y/o adolescentes:

  • cuando los padres están al límite y corren el riesgo de perder el control ante las conductas de sus hijos/as;
  • si se sospecha que les ha podido ocurrir alguna situación o vivencia que pueden afectarles negativamente;
  • si aparecen en los menores, conductas de desobediencia, agresividad, enuresis (pérdida del control de la orina), aislamiento social o déficit de atención en la escuela y en la realización de cualquier tarea;
  • cambios repentinos del estado de ánimo: desesperanza, ansiedad, apatía, tristeza…
  • especial mención a cambios bruscos en la alimentación y bajadas de peso y talla significativos;
  • separaciones, muerte de algún ser querido, cambios en la estructura familiar.